Alonso de Guillén Contreras, militar, corsario y escritor español. Nacio el seis de enero de 1582 en Madrid. A muy temprana edad (12 ó 13 años), tras acuchillar a un compañero de estudios, que falleció, cumplió un año de destierro en Ávila en casa de un tío suyo, cura de Santiago. Una vez acabada la pena, volvió y su madre le encontró un trabajo como aprendiz en casa de un platero, pero su carácter rebelde lo llevó, a los 14 años, a alistarse en el Ejército de Flandes del Príncipe Cardenal, el Archiduque Alberto de Austria, hacia donde partió el 7 de septiembre de 1597.
Debido a un malentendido con sus superiores, abandonó su unidad para dirigirse a Palermo y embarcarse en las galeras de Pedro de Toledo, que luchaban contra los turcos y los piratas berberiscos. Desde la base de Malta, las naves cristianas se dedicaban a hostigar las poblaciones árabes del Norte de África y el mar Egeo, y a asaltar los barcos. Unas veces actuaban con independencia y otras se agrupaban para misiones de mayor calado. Allí aprendió Contreras el arte de la navegación. En 1601 recibió el mando de una fragata y se le encomendó vigilar las islas griegas y espiar las actividades de los turcos, cuya lengua llegó a dominar. Alternó estas actividades con el ejercicio del corso. Cabe destacar cómo consiguió infiltrarse en Tesalónica para secuestrar a un judío rico, encargado de recoger tributos para el Gran Turco, y cómo también consiguió capturar a la mismísima amante húngara del Solimán de Catania.
De carácter pendenciero, se vio envuelto en varios lances que le llevaron en más de una ocasión a ser detenido. Alcanzó el grado de capitán de infantería, participó en una expedición a las Indias Occidentales y volvió a ejercer de corsario en aguas de Puerto Rico contra sir Walter Raleigh, al que menciona como Guatarral. En 1616 regresó a España para volver a las actividades marítimas en busca y captura de piratas berberiscos, lo que desempeñó con éxito y le valió que los turcos pusieran precio a su cabeza.
Durante un tiempo, actuó como gobernador de la ciudad de El Águila (L'Aquila), al noreste de Roma, con la encomienda de poner orden en ella, ya que se trataba de una población aislada y rebelde. Contreras cumplió con dureza y astucia su cometido. También asistió a una erupción del Vesubio y salvó a un convento de monjas del desastre. En 1630 se retiró del servicio y recibió el título de Caballero Comendador de la Orden de San Juan de Jerusalén o de Malta. Tal vez a instancias de Lope de Vega, caballero de la misma orden nobiliaria, quien le dedicó una comedia y le tuvo como huésped en su casa, redactó sus memorias, que no fueron publicadas hasta 1900.
Su autobiografia," La vida del Capitan Contreras", es una de las pocas que existen sobre un soldado de los tiempos de los Austrias. Una gran obra que merece la pena leer.
" Nada escapara a mis manos si dispongo de diez dedos y de cincuenta españoles" Alonso Contreras.
martes, 29 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario