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sábado, 21 de noviembre de 2009

COVADONGA

Santiago y cierra España.


No me perdonarian los asturianos  si en este blog no destinara un articulo al inicio de la reconquista, a Don Pelayo  y a la batalla de Covadonga. Y como es de bien nacido ser agradecido aqui esta   dicha mencion a ese glorioso episodio de nuestra historia que dio lugar a  la reconquista de nuestra España  que pudo levantar el vuelo como el aguila imperial de su bandera y sobrevolar el mundo victoriosa.



A finales del siglo VII d. C., las luchas internas por el poder entre dos grandes ramas de la nobleza y el clero visigodos del reino de Hispania son continuas. Además de la crisis social y económica, llevaron al reino visigodo a una situación límite de su control. El rey Wamba, sucesor de Recesvinto, combatía a los siempre traidores vascones en el norte de la Península cuando surgió una nueva rebelión en la Septimania y aunque consiguió apaciguarla, fue depuesto en extrañas circunstancias. Las contiendas se generalizaron durante los reinados de Égica y Witiza. Cuando el último rey, Rodrigo, alcanzó el trono, sus rivales se avocaron al líder musulmán Táriq Ibn Ziyad, quien derroto al ejercito visigodo en el 711 en la Batalla de Guadalete, poniendo fin al Reino Visigodo.





Don Pelayo nacio en el año 669 .Algunos historiadores dicen que en Asturias, otros que en la Liébana (Cantabria) y otros fijan el lugar de su nacimiento en Toledo siendo este el lugar mas probable ya que apenas 20 años mas tarde era jefe de los espatarios del Rey Don Rodrigo. Hijo del duque Favila y nieto del rey Recesvinto. Debido a las intrigas entre la nobleza visigoda, el rey Witiza conspiró para asesinar a su padre. Pelayo huyó a Asturias, donde tenía amigos o familia. Posteriormente, al sentirse inseguro en la Península, marchó como peregrino a Jerusalén. Allí permaneció hasta la muerte de Witiza y subida al trono de Rodrigo. Con éste, ocupó el cargo de conde de espatarios o de la guardia del rey y como tal combatió en la batalla de Guadalete en abril o mayo del año 711. Tras la batalla se refugió en Toledo y, a la caída de la ciudad 714, mientras otros escapaban a Francia, él volvió a Asturias, custodiando el tesoro del rey visigodo.



En 718 tuvo lugar una primera revuelta encabezada por Pelayo (según se dice porque Munuza el gobernador musulman de Gijon se había casado por la fuerza con su hermana Adosinda), que fracasó. Pelayo fue detenido y enviado a Córdoba. Sin embargo, consiguió escapar y volver a Asturias, donde encabezó una segunda sublevación y se refugió en las montañas, de Covadonga y Cangas, donde se mantenía la resistencia. En 722 Munuza envió a un general, Al Qama, a someter a los sublevados. Al Qama se dirigió hacia Bres (Piloña), donde se encontraba Pelayo.

“Se encontraban allí en aquel instante, como otro día a orillas del Guadalete, dos ejércitos de dos pueblos antagónicos; dos razas distintas, dos civilizaciones dispares; dos religiones que aspiraban a difundirse por el mundo: una imponiéndose por la fuerza de la cimitarra, simbolizada por la Media Luna, y la otra por el amor y el sacrificio representada por la Cruz….
…Al enterarse Al Qama, por don Opas, de que no era posible arreglo alguno con Pelayo, continúa la Crónica de Sebastián diciendo que "dio orden a los honderos y saeteros que atacasen la entrada de la Cueva. Entonces se vio que las piedras mezcladas con los dardos se volvían desde la Cueva contra los mismos que las disparaban, atormentando horriblemente a los moros. Estos, viendo que nada les aprovechaba el luchar, sino que, por el contrario, la mayor parte de ellos yacía destrozada por sus propios dardos, retrocedieron confusos y turbados, desistiendo de atacar la Cueva...
...Entonces Pelayo, al ver a los enemigos castigados por la mano vengadora de Dios, que no tiene en cuenta el número, sino que da la victoria a quien quiere, atacó con los suyos, y al mismo tiempo los cristianos que se hallaban distribuidos por los montes y situados en lugares estratégicos, comenzaron el ataque contra los mahometanos que se hallaban en el fondo del valle, y lanzaron por las vertientes de las montañas piedras enormes y troncos de árboles, mientras otros disparaban sus arcos y sus hondas causando en los árabes gran carnicería. Al mismo tiempo estalló en el espacio una horrible tempestad, que llenó de pavor a los moros, los cuales, presa de gran pánico, emprendieron la huida perseguidos por los cristianos, y fueron finalmente desbaratados en el valle de Cangas, donde tuvo lugar lo más encarnizado de la lucha...



...Al Qama muerto, en unión de muchos millares de moros que perecieron en el combate. El resto del ejército árabe emprendió la fuga hacia el territorio de la Liébana; pero tampoco pudieron evadirse de la venganza del Señor, porque cuando marchaban por la cima del monte que está sobre la ribera del río Deva, cerca de la heredad de Casegadia (en la Liébana, cerca de Potes) aconteció por juicio de la Providencia divina que, desgajándose el monte, arrojó al río de una manera admirable a los caldeos (como llamaban a los musulmanes) y los aplastó a todos, descubriéndose aun en aquel lugar restos de armas y de huesos, cuando el río extiende su álveo por sus orillas en el invierno y remueve las arenas.



Al difundirse la noticia de la victoria de Pelayo, fueron muchos los cristianos de los lugares limítrofes que acudieron a sumarse a las filas de su ejército, sobre todo de Galicia y de Vizcaya. De este lugar acudió, con gran refuerzo de soldados, el próximo deudo de Pelayo, don Alonso, hijo de don Pedro, duque de Vizcaya, el cual dejó a su padre y a su patria y vino a combatir al lado de los asturianos. Se distinguió don Alonso por su bravura en los combates y más tarde contrajo matrimonio con Ormisinda, hija de don Pelayo, a quien sucedió en el reino, por la muerte de Favila, y llevó el nombre de Alfonso I el Católico. “

Y asi comenzo Don Pelayo la reconquista que ocho siglos mas tarde darian fin los Reyes Catolicos con la toma de granada en 1942 contruyendo la España que apenas unos años mas tarde llegaria a ser la primera nacion del mundo llevando nuestros soldados su bandera a los mas reconditos rincones del planeta siempre victoriosa…. Asi fue como Hispania se convirtió en España.





La cruz de roble que portaba Don Pelayo en la batalla de Covadonga echa con restos de la autentica cruz de Cristo (parte del tesoro de los visigodos) fue llevada por Alfonso III el Magno a su castillo de Gauzón cerca de Avilés, y la mandó cubrir de oro y piedras preciosas, conservándose en la actualidad tan inestimable joya en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, con el nombre de Cruz de la Victoria.
La cueva bajo la cual se inicio la batalla hoy en dia es  el santuario de la Virgen de covadonga, visitado por milleones de personas al año y de gran belleza.



¡¡¡¡RECONQUISTA!!!!

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