Traslate

sábado, 27 de marzo de 2010

EL YUGO Y LAS FLECHAS



la configuración del yugo y las flechas como símbolo de carácter político se remonta a finales del siglo XV. De manera bien significativa, el creador fue uno de los grandes intelectuales de la época, Antonio de Nebrija, al que debemos la primera gramática de la lengua castellana, convertida ya a la sazón no sólo en lengua nacional sino incluso imperial. Como no podía ser menos, Nebrija –humanista a fin de cuentas– se inspiró en motivos de la Antigüedad clásica y, más concretamente, en Virgilio. Así, el yugo aparece en las «Geórgicas», y las flechas en la «Eneida».

Hay que tener en cuenta que, a la sazón, Virgilio era una referencia cultural ineludible –Dante lo había convertido en su acompañante en el viaje al purgatorio y al infierno en «La Divina Comedia»– mientras que hoy en día es dudoso que se lea (¡no digamos ya se traduzca!) en los institutos. Aparte de la referencia virgiliana, el yugo y las flechas permitían jugar con las iniciales de los Reyes Católicos, ya que el primero se correspondía con Ysabel y las segundas con Fernando. No resulta extraño, por lo tanto, que el yugo y las flechas fueran considerados, no sólo un símbolo histórico, sino un glorioso símbolo histórico, ya que estuvieron vinculados al final de la Reconquista o a las victorias españolas en el sur de Italia. De manera bien significativa, su reasunción como símbolo político la planteó en 1924 un socialista, Fernando de los Ríos. Precisamente dando una clase y haciendo referencia al fascismo italiano que utilizaba como símbolo las fasces de los líctores romanos, Fernando de los Ríos indicó que si alguna vez existía una formación fascista en España debería adoptar como emblema el yugo y las flechas de los Reyes Católicos al ser un reinado glorioso desde una perspectiva nacional. Tres años después, Sánchez Mazas se hizo eco de la propuesta del socialista y citó los símbolos en una conferencia en Santander.
Sin embargo, hasta 1931 el yugo y las flechas no fueron asumidos por un ideólogo de carácter fascista, en concreto, por Onésimo Redondo. Todavía tardaría más en ser absorbido por un movimiento fascista, en todo el sentido lato que se desee, como fue la Falange. La propuesta fue de José Antonio en 1933 –año fundacional– por influencia clara de Sánchez Mazas, pero, sobre todo, por coincidencia de opinión con el socialista Fernando de los Ríos. El yugo y las flechas, al fin y a la postre, eran una óptima referencia a las glorias pasadas... y su Historia sólo de manera breve y acomodaticia estuvo vinculada a la Falange y al Régimen de Franco.

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