La negra figura del toro se encuentra inevitablemente unida a la Peninsula Ibericia y a sus gentes desde tiempos primitivos. Legados de trazos de carbon dan fe de ello en cuevas y oquedades, donde, antes de que naciera la historia, ya se reflejó la muy particular relación mantenida con el perdido uro. Divinidad o mito, representación de fuerza y fiereza , las gentes que poblaron Iberia hicieron de esta especie su principal referencia en el mundo animal. El toro y el hombre estaban destinados a convivir y a combatir, a relacionarse, íntimamente, en un lugar que, para algunos es más que una basta, extensa y curtida piel de toro.
En el toro ve el Español representada su fuerza, su bravura, su determinacion, y su valor , asi como su nobleza. Dos especies, dos razas unidas ancestralmente en un mismo suelo.
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