EL SOLDADO ESPAÑOL DE LOS TERCIOS
Este ejército que ves vagó al hielo y al calor,
la república mejor y más política, es del mundo,
en que nadie espere que ser preferido pueda,
por la nobleza que hereda,
sino por la que él adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace;
y sin mirar cómo nace
se mira cómo procede.
Aquí la necesidad no es infamia;
Y si es honrado pobre o desnudo un soldado,
tiene mayor cualidad que el más galán y lúcido;
Porque aquí, a los que sospecho,
no adorna el vestido al pecho,
que el pecho adorna al vestido.
Y así de modestia llenos,
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.
Calderon de la Barca.
Calderón se inspira en un grupo de soldados que hacen una pausa en la batalla. Un mundo donde nadie puede ser preferido por ser hijo de alguien, sino por el prestigio ganado a costa de su propio sudor y sacrificio en la batalla. Este prestigio militar nadie ve cómo se forma, sólo se reconoce cuando ya está formado.
En esos momentos de combate las condiciones físicas son particularmente difíciles: dolor, hambre, fatiga, sed, calor y frío; en ese momento y en esas condiciones priva el espíritu de cuerpo, el valor, el honor, el sentido del deber, la unión, el coraje y la resistencia. No hay lugar por ningún lado para la deshonra y el soldado con el peor aspecto, lleva dentro el más bravo de los corajes para continuar combatiendo.
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