Traslate

lunes, 4 de enero de 2010

PENSAMIENTO WAGNERIANO



ENLACE CON BIOGRAFIA DE RICHARD WAGNER

Pensamiento Wagneriano.
El racionalismo ya en la época de Wagner estaba en expansión y a punto de iniciar su ofensiva global: Hegel había dado el paso hacia la racionalización de la Historia, las llamadas perspectivas históricas y la dialéctica, que junto al materialismo y los afanes cientifistas y ‘progresistas’ de la economía y la mecánica industrial iban a tener su continuación extrema en Marx y Engels.
Pero frente a esta tendencia que llega a nuestros días ,como veremos, había surgido ya la gran renovación vitalista con Feuerbach por un lado y Schopenhauer por el otro, seguidos más tarde por Nietszche y Kierkegard entre otros, podríamos poner a Unamuno en España por ejemplo.
Para ellos el Mundo es como el velo de Maia, la esposa de Brahma, una pura ilusión.
Wagner se sitúa de forma clara y decidida en esta tendencia vitalista y antiracionalista, por la que no solo toma partido sino a la que va a aportar lo que creemos que debe ser su futuro: el arte y el sentimiento como Redención.
En este combate filosófico las asociaciones wagnerianas de inicio de siglo no tenían gran participación, pues mientras se recrudecía el enfrentamiento en las concepciones del mundo, en cambio en las Artes el dominio del vitalismo y sus diversas tendencias era absoluto, de forma que las entelequias materialistas y racionalistas que imponían sus principios en el capitalismo e iban gestando lo que sería el gran estallido materialista de los años 20 a 30 no tenían aun al principio una influencia significativa en las representaciones del sentimiento y del arte en general.
Wagner se enfrentaba con los partidarios de la gran sinfonía, de la música pura, con Brahms como ejemplo, mientras recibía el apoyo incondicional y reverencial de Bruckner, pero en ambas partes reinaba un sentimiento idéntico en lo profundo. Tanto para Puccini, Brahms o Bruckner el arte era una expresión sensible y profunda del sentimiento más puro, alejado totalmente de la influencia del dinero o la economía.


El pesimismo activo en Wagner

El movimiento romántico se opone sentimentalmente al ‘optimismo progresista’ que es la base del racionalismo.
Schopenhauer lo define perfectamente: “El progreso es vuestra quimera, es el sueño de nuestro siglo, como el de la resurreción de los muertos fue la quimera del siglo X. Cada Tiempo tiene su utopía” (El Mundo como Voluntad y representación”),
Y acorde con ello Wagner en su obra “Kunstwerk der Zukunft” dice “Todo lo que la civilización llamada moderna trae consigo, el gusto por el lujo, lo superfluo que nos hacen olvidar las necesidades profundas, la moda que es la peor de las tiranías… Nos hemos convertido en un pueblo lector de la prensa, esto ha sido nuestra pérdida”. El progreso en este sentido material y social tomado como ‘valor en sí’ es un desastre que lleva a la decadencia.
Esta crítica del ‘progreso’ como utopía ‘histórica’ inevitable, centrada en el desarrollo científico y técnico, es constante en todos los pensadores vitalistas y es la esencia de cientos de obras de arte románticas.

Sin embargo esa tendencia vitalista antiracionalista tendrá dos grandes tendencias: el optimismo vitalista de Feuerbach y Nietszche, y el pesimismo radical de Schopenhauer y Kierkegaard, por poner algunos ejemplos. En ambos lo vital y sentimental es la base de lo humano, pero mientras en Nietszche la Vida es una lucha que debe asumirse con ilusión de triunfo y deseo de Poder (entendido como realización, absolutamente alejado del tema económico o material), en Schopenhauer la Vida es un engaño del Dolor y el Deseo. Si seguimos al deseo y sus trampas solo lograremos dolor y desengaños, toda felicidad es solo superficial y temporal.
Schopenhauer y Wagner indicaban que el ‘conocimiento’ lógico de Hegel (más tarde Marx y con ello el mundo actual materialista) es puramente utilista, no descubre la esencia de las cosas ni el Valor de la Vida, sino que es solo una herramienta para el tiempo y el lugar, no para la esencia y el sentido de una existencia. El conocimiento lógico no va a evitar el dolor y la Tragedia, ni dará sentido a su actuación.
Wagner se sitúa intelectualmente con Schopenhauer pero corrigiéndolo de forma fundamental al asumir la idea de Redención por el Amor y la Compasión, la posibilidad de superar la herida de Amfortas.
Esta posición que llamaremos ‘pesimismo activo’ es sin duda la aportación fundamental de Wagner al pensamiento y la cosmovisión del mundo, y la mejor salida a la Tragedia del Mundo Moderno.
 Por Ramon Bau

No hay comentarios: