Traslate

jueves, 1 de julio de 2010

1 DE JULIO DE 1898




En el deseo de tomar cuanto antes Santiago de Cuba, el ejército estadounidense recibió orden de atacar la línea defensiva española para romperla y ocupar la ciudad. Los objetivos eran las posiciones fortificadas de El Caney y San Juan. Los americanos creían que eran parte de la línea principal de defensa de la ciudad y su captura obligaría a los españoles a la rendición inmediata. El día 1 de julio de 1898, la división del general Lawton recibió orden de marchar contra El Caney. El grueso del ejército invasor se dirigió contra las posiciones que defendían San Juan. Entre ellas destacaba la posición colocada en la loma del sistema defensivo desde la que se podía hacer fuego sin gran riesgo para sus defensores. 20.000 soldados americanos se despliegan frente a la posición española apoyados por 12 cañones Hotchkiss de tiro rápido. Enfrente están apostados 1700 españoles pertenecientes a los regimientos Asia, Talavera, Puerto Rico y Constitución y a la marina. Su única artillería son dos modernos cañones Krupp de tiro rápido. Mientras la infantería española usa los fusiles Máuser de gran precisión y alcance, los americanos usan los anticuados fusiles Rémington.

Al amanecer del día 1 de julio se oye el fragor del combate en dirección a Caney. Shafter da orden de atacar San Juan. Las divisiones de los generales Wheeler y Kent comienzan el despliegue apoyados por la Brigada Summer que intenta cruzar el Río San Juan para envolver las posiciones defensivas. Los españoles observan el despliegue y el general Linares ordena reforzar la loma de San Juan con una compañía del regimiento Talavera y la posición de Canosa con otra compañía del regimiento Puerto Rico.
 
 
A las 6'30 horas, la batería americana al mando de Grimes abre fuego contra las defensas españolas en la Loma. El general Linares manda otra compañía de refuerzo. La guarnición española en la loma es de 300 hombres al mando del Coronel Vaquero. Desde un globo cautivo los estadounidenses dirigen el fuego de la artillería y el avance de las tropas a través de la manigua. La artillería española, al mando del coronel Díaz Ordóñez, se despliega en la loma de San Juan y, desde allí, contrarresta el fuego de la artillería americana. Sus disparos silencian durante un buen rato los cañones enemigos a pesar de que tenían el sol de frente y los cañones americanos estaban escondidos entre la vegetación de la manigua. La razón era que los españoles usaban pólvora sin humo, mientras que los estadounidenses emplean pólvora negra que deja rastro al disparar.



La división de Wheeler avanza en formación cerrada y con dificultad entre la vegetación. Las trincheras españolas hacen un fuego denso y continuado que causan decenas de muertos y heridos. Una maniobra de la división Kent, que logra enlazar con la brigada Summer, permite agilizar el avance americano amenazando el flanco español. La caballería estadounidense cruza el Río San Juan para intentar enlazar con la división Lawton a la que se suponía ya avanzando después de tomar El Caney. Pero los 6.500 hombres de Lawton seguían fijados frente a esa posición por 549 españoles. A las 11, la batería Grimes vuelve a abrir fuego sobre la Loma de San Juan. Por segunda vez es silenciada por la artillería española. Los cañones del coronel Díaz Ordóñez apuntan ahora contra el globo cautivo desde el cual eran observadas las posiciones españolas. Al cuarto disparo el globo cae desinflado. Para continuar leyendo haz clic en este enlace
 

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