Traslate

jueves, 25 de febrero de 2010

JOSÉ TOMÁS BOVES RODRÍGUEZ Y LA LEGION INFERNAL


Este asturiano de Oviedo se asentó desde bien joven en la venezolana región de Los Llanos y en ella se dedicó al comercio de ganado.


Aprovechándose con ruindad y de manera harto traidora de que la metrópoli estaba invadida por las tropas del Emperador Napoleón Bonaparte se desató, sobre todo entre la población criolla (descendiente de españoles) de muchas de nuestras colonias americanas, un movimiento insurgente de carácter independentista que no podía, a fin de cuentas, ocultar los verdaderos intereses –de índole económica- de dichas clases criollas dirigentes. Unos intereses que pretendían, entre otras aspiraciones, un libre comercio (para beneficio propio de estos privilegiados criollos) con otros países (léanse Francia o Inglaterra) que la metrópoli tenía prohibido.

La imposibilidad de enviar tropas desde España (totalmente dedicadas a la resistencia contra el ejército francés invasor) para sofocar la sediciosa rebelión fue, decíamos, harteramente aprovechada para orquestar el levantamiento en armas contra la Madre Patria.

La masonería y sus ideales antitradicionales jugaron un papel primordial en este levantamiento de alta traición. Así lo podemos comprobar en la adscripción de personajes como Simón Bolívar.

En esta situación encontramos a nuestro insigne compatriota: Boves organiza un ejército de leales a España con un considerable contingente de humildes llaneros (de la región de Los Llanos). Su carisma, su arrojo y su conocimiento de la región lo convierten rápidamente en todo un caudillo.

Será a finales de 1813 cuando Boves consigue formar su definitivo gran ejército, conocido como la “Legión Infernal”, que derrota a las tropas rebeldes de Bolívar en la batalla de La Puerta. Esta victoria abre el paso hacia Caracas (en poder de los independentistas; éstos habían declarado la II República en los territorios que controlaban) y en el camino hacia la capital las tropas bolivarianas que ven llegar a la “Legión Infernal” se prestan a abandonar rápida y temerosamente las ciudades. Caracas se entrega a las tropas de Boves y tras ella caen Valencia y Barcelona y se levanta el sitio al que los insurgentes habían sometido a Puerto Cabello; éstos, presas del pánico, abandonan –tras levantar el asedio-, sobre el terreno, un gran botín.

El hoy en día por tantos magnificado y glorificado Simón Bolívar es, pues, derrotado, una y otra vez por nuestro valeroso José Tomás Boves. Estos triunfos provocan que el Ministro Universal de Indias, en nombre del Rey de España -Fernando VII- eleve al ovetense al rango de coronel.

Con la victoria definitiva en esta guerra prácticamente asegurada se enfrenta a los separatistas en la Batalla de Urica. Fiel a su valiente actitud de no rehuir nunca la vanguardia en las batallas el infortunio caerá sobre nuestro militar, siendo mortalmente herido, el 5 de diciembre de 1818, de un lanzazo en esta batalla; lo cual no impedirá la victoria de las tropas leales al Rey de España y la desaparición de la sediciosa Segunda República.

Lastimosamente, ese reconocimiento a su valía plasmado en el ya comentado nombramiento a coronel, que le llegaba a través de una expedición salida desde la metrópoli, arribó tarde y no le alcanzó, pues, en vida, pero la gloria del héroe sí.

Fuente: AZUL MAHON

1 comentario:

Jorge Luis dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.